Ayer se hizo viral un video del excandidato a diputado federal, el rey de los insultos, el mayor vendedor de kn95 que la pandemia haya visto, Alfredo Adame.
Yo sé en dónde aprendió Alfredo Adame a pelear, con estos chicos.
Ayer fue el día Naranja, y no me refiero al día en que Movimiento Ciudadano celebra tener a Palazuelos de candidato. ¡Se le hizo! Miren ya no voy a hacer chistes de Palazuelos, porque así nos reíamos de Cuauhtémoc Blanco y quedó como gobernador, luego hicimos un montón de chistes de Samuel García y ahí van los regios a votar por él.
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El día naranja es un día que se conmemora todos los 25 de cada mes para hablar de la violencia en contra de las mujeres. Y es que las cifras siguen a la alza. Y ojo, en los últimos días nos hemos enterado también de crímenes contra la comunidad LGBT+, no es casualidad, la violencia de género, la que entiende que las mujeres podemos ser objeto de golpes o maltrato por ser mujeres, también tiene esa categoría “inferior” todo lo que se acerque a lo femenino y la comunicad LGBT está considerada en ese sector, también las infancias. Por eso buscar un mundo, un país sin violencia para las mujeres, termina por beneficiarnos a todos. ¿Qué podemos hacer? Pues pareciera que el impacto que tenemos las personas de a pie es poco, pero cuando es lo único que nos queda, creo que tenemos que ser intolerantes con la violencia, señalarla, el silencio es cómplice, y apoyar a quienes la están viviendo para que puedan salir de ahí, no es la respuesta para cambiar el mundo, pero al menos lo cambiaremos para alguien.
Y ya por último, hablemos de cosas lujosas, finas, de gente pudiente, hablemos del limón. El limón está tan caro, lloras más cuando cortas un limón que una cebolla. Lo cierto es que el precio del limón ha levantado varias suspicacias, la Secretaría de Agricultura ya está averiguando si los intermediarios no andan de gandayas. A ver lo cierto es que la fruta y verdura como casi todo depende de la oferte y demanda, si hay menos limón y la gente quiere seguir comprando limón, pues este se vuelve más caro. La razón por la que hay menos ha tenido que ver con el clima que afecta la producción y también se ha señalado que otro jugador en el mercado, más difícil de controlar que los intermediarios, es el crimen organizado. Mientras ese jugador siga siendo parte definitoria, no solamente controlará el precio de lo que compramos en el mercado, sino más importante, nuestra tranquilidad y libertad.