Ayer se llevaron a cabo manifestaciones de periodistas en todo el país. Cualquier periodista sabe que la noticia, nunca debe de ser el periodista, pero lamentablemente esto ha cambiado, periodistas que se vuelven la noticia, porque son asesinados.
Por supuesto que los asesinatos son la forma más visible y trágica de violencia sobre cualquier gremio o grupo de personas, periodistas, mujeres, jóvenes. Sin embargo, a esto se le suman otras denuncias, de las que poco se hablan. ¿Se han preguntado cómo trabaja, cuántos trabajos tiene, cómo vive quien les está informando?
Nosotros, los rostros que más tiempo estamos en su pantalla, somos el último eslabón de una larga cadena formada por personas cuya misión es informarles. Cuando alguien dice: el periodista, pensamos en la parte más glamourosa, el presentador o presentadora de noticias detrás de un escritorio, el articulista o la articulista que opina en un diario de circulación nacional, o los y las titulares de programas de radio. Pero pocas veces tenemos en mente, a quienes están ahí, en el lugar de la noticia, y si bien en espacios como la televisión la visibilidad es mayor, pensemos en el reportero en algún municipio pequeño de Michoacán, o la reportera de un pequeño diario local en alguna ciudad de Baja California, o el locutor de una radio comunitaria en Oaxaca, todas y todos ellos, también son periodistas, y su labor es importantísima.
Gracias a su trabajo la gente puede saber cosas que ahora nos parecen tan necesaria como cuándo les toca la vacuna, o si hay una nueva obra construyéndose en la zona, si hay algún conflicto entre particulares, los pleitos de los políticos locales y en la chamba más complicada los andares de la delincuencia organizada.
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Todas esas personas cuyo trabajo nos permite enterarnos qué está pasando en nuestro país, sobre todo en los estados no trabajan en las mejores condiciones.
Según el sitio Glassdoor.com.mx que basa su información en encuestas que los mismos personas llenan, el sueldo de un reportero puede ir desde los 5 mil pesos al mes, y el promedio está en los 10 mil pesos al mes. Entre más pequeño los medios, más complicada la situación. Y tampoco se trata de satanizar a los medios, en el mundo, los medios tradicionales atraviesan importantes crisis económicas. A eso hay que sumarle que muchos trabajan sin contratos, lo que también significa que no tiene prestaciones laborales. Muchos trabajan para más de dos medios, o tienen otro empleo. ¿Por qué alguien dedicaría sus horas a un trabajo así? Porque le apasiona, porque poderle revelar algo hace que su corazón bombee con más fuerza, porque encontrar cosas, hacer entrevistas, ordenar la información y escribir, grabar o transmitir una nota los hace sentir vivos. ¿Hay notas que valgan la vida? Ninguna.
Por todas estas razones es que hablar de la situación de las y los periodistas sobre todo en los estados es muy importante, y porque es desde los medios, hacernos una revisión. Vuelvo a preguntar, si ninguna nota vale una vida ¿Cuánto vale para ustedes tener acceso a la verdad? Sobre cualquier tema.